Vista: De color rojo picota, con ribete granate, limpio, brillante, de capa media-alta y densa lágrima con algún toque de color.
Nariz: De media intensidad, franco, sutil y elegante, con mucha presencia de fruta roja madura, con la madera muy bien integrada aportándole toques balsámicos y tostados; todo ello en muy buena armonía y resultando en su conjunto de una gran calidad.

En resumen un vino muy interesante porque nos permite disfrutar de una estupenda Tinta Fina (tempranillo) pero con la intensidad justa en la boca y un paso fluido y elegante de los que permiten beber y disfrutar del vino sin la contundencia y rotundidad a que nos tienen acostumbrados alguno vinos de alta expresión.
Como he oído comentar a D. Angel Luis Margúello, Director Técnico y enólogo de la bodega, es un vino que "no se come, se bebe" haciendo alusión a que no es un vino que saturará la boca, más bien la cautivará, y realmente pienso que tiene razón.
Su precio de 13 euros está más que justificado en base a la calidad de este estupendo vino.
Cata realizada por Carlos Enrique López.
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