“Por su terruño
los conoceréis”
Cuando conocí a D. Juan Carlos Sancha (por favor,
permitirme que utilice el “don” en signo de mi mayor respeto por esta persona)
él estaba impartiendo una conferencia sobre vinos de agricultura ecológica y
biodinámica en la sede del Centro Cultura de Navarra, en Madrid. Me quedé
maravillado de sus conocimientos, de su capacidad de transmitirlos y de su proximidad.
Poco tiempo después volví a verle en un evento de
Peñín, tras el mostrador del stand de su Bodega, dando a conocer sus
elaboraciones a todo aquel que se
interesaba por el tema. Una muestra más de la buena disposición de este Señor
que a pesar de su prestigio como profesor y como investigador no tiene ningún
inconveniente en ser él quien esté “al pie del cañón”.
Y aquí nació la idea de esta singular cata. Nos hablo
de un proyecto suyo en el que quería demostrar que el factor tierra o “terroir”
(combinación de suelo y clima) como a otros les gusta llamar, es determinante en el resultado final de
un vino.
A él se le había ocurrido una aventura especial:
elaborar seis vinos singulares de Garnacha de viñas casi centenarias, de
distintas parcelas en la misma zona vitícola, el Alto Valle del Najerilla (una
de las zonas mas frías de Rioja). Todas las
viñas en un puñado de terrero ya que la distancia en línea recta entre todos
los viñedos no supera los cinco kilómetros.
Todos los vinos con el mismo sistema de elaboración
(fermentación en barrica de 500 litros), misma crianza (once meses en roble
francés Troncais), para al final quedar patente que cada uno de los vinos es personal, singular y diferente al resto, y
que el factor diferencial esencial habría sido básicamente el terruño en donde
habían madurado las uvas.
Los viejos viñedos habían sido seleccionados por sus
especiales características de orientación, exposición y tipo de suelo. Unos
viñedos que se seguían cultivando por puro apego a la tierra y amor a la
tradición, ya que su rentabilidad económica era nula.
A mi me pareció un maravilloso ejercicio de cata y
decidí que esta sería una de las más peculiares y distinguidas de nuestro Grupo
de Cata Baco Vive en el presente ejercicio.
Y dicho y hecho. Nos pusimos en contacto con la bodega
y compramos las seis botellas diferentes que componen la Colección de garnachas
centenarias de Rioja: PEÑA EL GATO:
Viticultor
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Finca
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Exposición
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Manolo López
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Cuesta La Peña del Gato
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Este
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Rubén Olarte
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Carretera Baños
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Varias
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Fernando Martínez de Toda
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Valdeponzos
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Sur – Este
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Javier Olave-Marcos Villoslada
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La Isa
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Sur – Oeste
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Fernando M. Alonso
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Picón del Vérosla
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Noreste
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Juan Carlos Sancha
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Peña El Gato
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Sur
|
Todas las botellas eran iguales y se diferenciaban únicamente
por un rombo unido mediante una goma plateada al cuello de la botella y en el
que figuraba el nombre del elaborador,
PEÑA EL GATO
Cosecha:
2012
Bodega:
Ad Libitum
D.O./Zona:
D.O.C. Rioja
País: España
Tipo de vino: Tinto con una
crianza de 11 meses en roble francés Troncais.
Graduación (% vol): 14,5
Varietales: 100% Garnacha
viñas viejas
PVP: sobre 13 euros.
Nuestra valoración global:
90/100
Resultado de la cata:
1.- PEÑA EL GATO:
MANOLO LÓPEZ
A la vista es limpio y brillante, con un color rojo
picota de ribete granate vivo y capa alta.
En nariz es limpio, intenso, aromático, cálido, con
predominio de los aromas de fruta roja muy madura y notas balsámicas y de
crianza. Evoluciona en copa hacia notas maduras y florales.
En boca es de buena estructura, intenso, sabroso,
seco, cálido, con los taninos muy maduros, buena acidez y un final de
persistencia media.
2.- PEÑA EL GATO:
RUBÉN OLARTE
A la vista es limpio y brillante, con un color rojo
picota de ribete granate y capa alta.
En nariz es limpio, de intensidad media, aromas de
gran equilibrio entre la fruta y la crianza. Con aromas que destacan más por su
calidad que por su potencia.
En boca nos sorprende ya que su nariz no parecía predecir tanta expresión. Es de buena
entrada, cálida seca, amplia, estructurada, con los taninos vivos, presentes,
pero para nada ardientes y con madurez; de acidez fresca y un final de persistencia media.
3.- PEÑA EL GATO:
FERNANDO MARTÍNEZ DE TODA
A la vista es limpio y brillante, con un precioso color
rojo picota de ribete granate vivo y capa alta.
En nariz es de buena intensidad, limpio, con variados matices
que le hacen muy sugestivo. Es equilibrado y de característica básicamente golosas perfumadas con algún toque de flores
malvas. Muy interesante.
En boca es de buena entrada, seco, intenso
estructurado, distinguido, serio, con taninos presentes, buena acidez y un
final de buena persistencia.
4.-
PEÑA EL GATO:
JAVIER OLAVE
MARCOS VILLOSLADA
A la vista es limpio y brillante, con un color rojo
picota de ribete granate y capa muy alta.
En nariz es intenso, franco, achocolatado, con notas
de fruta en licor; frutas muy madura y en sazón, aromático, goloso, y con la
presencia de notas tostadas del roble (cedro). Un conjunto aromático de los que
te atraen y seducen.
En boca tiene buena entrada, es amplio, serio, seco,
maduro, con buena estructura, taninos presentes, buena acidez, ligeros toques
amargosos y final largo. Un vino que aún tiene pendiente una larga evolución
que lo hará aún mas atractivo.
5.- PEÑA EL GATO:
FERNANDO
M. ALONSO
A la vista es limpio y brillante, de color rojo picota
de ribete granate vivo y capa muy alta.
En nariz es de intensidad alta, franco, complejo, con
algún toque reductivo que desaparece al airearlo. Predominan en él los aromas
de fruta madura en buen equilibrio con los de la crianza y toques de cerezas en
licor y jabón de perfumado.
En boca tiene una buena entrada, con armonía de sabor
e intensidad, equilibrado, seco balsámico, algo tostado, de buena estructura,
taninos presentes pero dulces, buena acidez y un final de persistencia media.
Casi redondo y muy fácil de disfrutar.
6.- PEÑA EL GATO:
JUAN
CARLOS SANCHA
A la vista es limpio y brillante, de color rojo picota
de ribete granate vivo y capa alta.
En nariz es de buena intensidad, franco, con
personalidad, discreto pero serio y elegante, menos cálido que sus compañeros.
Fruta roja y negra madura y toques tostados y cacao.
En boca es amplio, estructurado, seco, ligeramente cálido,
con los taninos pulidos, de muy buena acidez, toque amargoso y de un final
importante, largo y de gran recorrido. Con todas las características de las
grandes garnachas viejas riojanas: adusta, altiva y distinguida..
CONCLUSIÓN:
Quizás la primera conclusión sea RECONOCER que Juan
Carlos Sancha tenía razón en su afirmación de que la tierra es por si misma un
factor diferencial a la hora de producir vinos con diferente personalidad.
No hubo un acuerdo entre los catadores de Baco Vive sobre
cual de los vinos era el mejor, aunque si hubo un acuerdo unánime en que:
- Todos
eran diferentes.
- Todos
estaban muy bien.
- La
Garnacha centenaria, bien elaborada, tiene unas enormes posibilidades.
- La
Garnacha Riojana tiene una personalidad propia indiscutible.
Yo, por mi parte, quisiera destacar especialmente, la
fresca acidez de todos los vinos, sus taninos maduros y su elegancia.
Por supuesto que tengo un favorito, pero me vais a
permitir que no lo diga; pero si que os recomiende encarecidamente que no
dejéis de probar estos estupendos vinos, … quizás por eso, pensé en elegir en
algunas fotos el fondo de un delantal que me regaló una querida amiga y que dice:
“Hermano bebe, que la vida es breve”;
eso si, con moderación y responsabilidad.
(Artículo de Carlos Enrique
López, Presidente del Grupo de Cata Baco Vive (Madrid)
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